miércoles, 4 de mayo de 2016

Artículo: "Cuando los que pegan son los propios hijos"

A raíz del próximo debate que nos queda por hacer a nuestro grupo, he encontrado un artículo que me parece interesante comentar.

  • “Cuando los que pegan son los propios hijos”

El artículo nos habla sobre un problema que va en aumento, el maltrato de hijos a padres. Recoge algunos ejemplos reales y reúne ideas principales que nos vendrá muy bien en nuestra futura profesión.

La familia como institución social debe cumplir una serie de funciones con los que forman parte de ella. Se deben cubrir ante todo unas necesidades básicas, entre ellas trabajar unos valores con los hijos, clarificar unas normas y principios, todo ello ligado a muchas otras funciones que tiene la familia, como la afectiva, de apoyo… El artículo nos deja claro que cuando la familia no cumple con sus funciones aparecen una serie de problemas, por ejemplo, llevar a los niños a no tener conciencia a la hora de hacer daño o infringir dolor a los miembros de su propia familia. La misión de los hijos pasa a ser mandar y salirse con la suya recurriendo a una violencia física y psicológica, sin importar el sufrimiento que ocasionen.

Cuando estas funciones no se han llevado a cabo es porque hay una serie de características que han sido inexistentes, como se explica en el texto: la asignación de roles, apego afectivo, falta de aprendizaje… En estos casos son los hijos los que se encargan de que estos roles que delimitarían la jerarquía desaparezcan, para que así ellos puedan imponer su propia conducta violenta sin que haya una autoridad por encima de ellos. Por lo tanto, deja de existir un control, unas normas que regulen los comportamientos e impongan disciplina. Así, estos niños aprenden a que gracias a estas conductas violentas consiguen todo lo que se proponen.

Todo esto genera una falta de autoridad en los padres, dando lugar a que los hijos tomen el mando y se conviertan en dominantes, terminando en muchos casos siendo los padres los que solicitan que se les quite la patria potestad de sus hijos, al ver que ya la situación es insostenible, aunque en muchas ocasiones se muestran reticentes puesto que al solicitarla se asume en parte el fracaso en la educación de sus propios hijos.


En este caso, pienso que la literatura puede concienciar y actuar de manera preventiva y no únicamente de cara al maltrato entre iguales, es decir, entre compañeros, sino el maltrato hacia cualquier ser humano o ser vivo.


    Yasmin Liaño

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