Lecturas obligatorias, ¿sí o no?
Las lecturas obligatorias que estamos
acostumbrados a que nos manden son clásicos, sin apenas ilustraciones, poco
atractivos y, además, en ocasiones con un vocabulario difícil de comprender. Es
contraproducente obligar a los niños a leer cuando no quieren, ya que le cogen
más tirria y asco a la lectura. Si a este hecho le sumamos el tipo de libro
obligatorio que se manda… El hecho queda totalmente justificado.
Esto no quiere decir que no se deban
mandar lecturas obligatorias. La lectura, al igual que la escritura, es algo
fundamental para el desarrollo, pero no se puede tratar de fomentar a través de
lecturas aburridas. Se debería preguntar y observar que es lo que les gusta a
nuestros alumnos para nosotros escoger una serie de libros adaptados a sus
necesidades y preferencia. Ningún niño es igual a otro y como profesores,
debemos ser nosotros los que nos adaptemos a sus necesidades no ellos a
nosotros.
En
conclusión, no podemos solucionar la falta de lectores jóvenes mediante
lecturas obligadas de clásicos. A través de nuevos libros con temas más
atractivos podemos lograr fomentar esta actividad tan provechosa para ellos.
Nerea Aramendi.
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