Esta historia nos
narra como el Dios Júpiter, convoco a todos los animales de la tierra para
hablar con ellos. Les pregunto que si alguno tenía alguna defecto y todos
fueron negando sus defectos, destacando algún defecto de otro animal, mientras se
enorgullecían del defecto que el anterior animal había dicho.
Pienso que este
cuento nos enseña que siempre somos capaces de ver los defectos en otras
personas y en cambio no somos capaces de ver nuestros propios defectos.
Es una buena forma de
instruir a los niños la forma de empatizar, de ponernos en el lugar de la otra
persona y respetar a las demás personas.
Es un cuento que me
ha gustado mucho, que lo recomendaría a todos los profesores para enseñar este
tipo de valores.
Pablo Rodríguez Soroeta
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